El postre también se toca
Hay dulces que no necesitan plato ni cuchara.
Que se disfrutan con los dedos, como cuando éramos niños.
Pastas de té que se deshacen al primer mordisco,
merengues crujientes por fuera y aireados por dentro,
bizcochitos tiernos que huelen a casa.
En un buffet de postres, estos pequeños bocados aportan variedad, textura y ese punto informal que invita a probar sin compromiso… y a repetir sin culpa.
Porque no todo tiene que ser servido en copa.
A veces, el mejor postre es ese que simplemente te llevas a la boca… y sonríes.
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